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Licenciado en Historia por la Universidad Nacional Autónoma de México, Facultad de Estudios Superiores "Acatlán" (2003-2007). Profesor de la materia de Historia del Mariachi (2014) de la Escuela de Mariachi Ollin Yoliztli en Garibaldi. Maestro en Historiografía por la Facultad de Historia de la Universidad Michoacana San Nicolás de Hidalgo (2017-2019). Inscrito al Doctorado Interinstitucional de Arte y Cultura (DIAC), Campus León. Becario Conacyt (2021-2025)

16 ene 2019

La fiesta de la Raza en la Escuela Preparatoria


La fiesta de la Raza en la Escuela Preparatoria
La ceremonia organizada por la Federación de Estudiantes con motivo de la celebración de la Fiesta de la Raza, resultó brillantísima. Un distinguido como numeroso público, concurrió a ella, llenando totalmente el anfiteatro de la Escuela Nacional Preparatoria.

A las once y media de la mañana, conforme lo anunciaba el programa, se dio principio a la ceremonia con la Obertura de "Los Maestros Cantores", ejecutada por la Orquesta Sinfónica Nacional. Este bello fragmento de la música wagneriana, fue estruendosamente aplaudido.
A continuación subió a la tribuna el señor Rodolfo Brito Foucher, Presidente de la Federación de Estudiantes de México. El señor Brito habló con exaltado entusiasmo sobre la labor de las federaciones de estudiantes en la América Latina, en medio de las aprobaciones del público.
El tercer número del programa estuvo a cargo del conocido pianista Manuel Barajas. Este ejecutó en el plano una composición de Granados y Albornoz, que fue muy aplaudida.
Después, el doctor Tomás G. Perrín tomó la palabra, pronunciando uno de los mis felices discursos de los que hubo en la ceremonia en cuestión. El Dr. Perrín, con frases llenas de ideas, justificó algunos errores que cometieron en la América los conquistadores españoles. Habló sucintamente de las grandezas que dejaron en cambio, y que todavía se ven y se continuarán viendo siempre en el Continente americano. Al referirse al más férreo y temerario de los capitanes que sojuzgaron los pueblos de América a la corona española, a Hernán Cortés, hizo hincapié en la labor que en favor del Conquistador de México ha hecho desde las columnas de El Universal, el ingeniero Félix F. Palavicini. El orador fue muy aplaudido.
El Lic. Alejandro Quijano, tomó la palabra después a nombre de la Facultad de Jurisprudencia. Habló, con periodos verdaderamente bellos, del descubrimiento de América, presentando este hecho bajo múltiples puntos de vista
Inmediatamente después de que la Orquesta Sinfónica Nacional ejecutara magistralmente la Marcha Real Española y el Himno Nacional Mexicano, el señor Rector de la Universidad Nacional Lic. José Vasconcelos, se puso en pie, haciendo uso de la palabra. Dirigióse particularmente a la juventud estudiosa para que ésta, demostrando una vez más su entusiasmo por toda causa noble que se levanta, por toda idea redentora que se esgrime, aplaudiera y organizara una manifestación en favor de la revolución que acaba de estallar en la República de Venezuela contra el último de los tiranos que queda aún en pie en la América Latina: el general José Gómez.
La kermesse en la Escuela Nacional Preparatoria estuvo en verdad bastante concurrida y las personas que asistieron deben haber pasado un rato agradable.
El decorado de muy buen gusto, y la iluminación artística, contribuyeron en mucho al lucimiento del festival, que será recordado con agrado seguramente, en la historia de los que en el bello edificio de San Ildefonso se han efectuado.
Los puestos estuvieron atendidos por señoritas simpáticas y amables, y no podemos menos que decir unas palabras en alabanza de tan gentiles damas que supieron hacer un derroche esplendente de cortesía y que nos regocijaron con sus tesoros de gracia.
Entre una nube de confetti, logramos al fin abrirnos paso hasta el puesto de la Prensa, en torno del cual se apiñaban damas y caballeros, (principalmente los últimos), afanosos de recibir la fresca caricia de las risas argentinas y juveniles, del bouquet de rosas que ofrecía refrescos perfumados, entre sonrisas picarescas.
Las señorita Leonor Llorente nos atendió gentilmente, indicándonos los nombres de las señoritas que la acompañaban en su alegre encomienda: señoritas Luz Cornejo, Adela Barberi, Georgina Barberi, Isabel Cárdenas, Ana García, y las señoras de Cornejo y Llorente.
Después de la sorpresa del puesto de la Prensa, llegamos hasta los demás puestos, a través de semejantes dificultades. En el de la escuela de Artes v Oficios, vimos a las señoritas María Luisa Vargas, María Antonieta Zamora. María y Matilde Uribarren y Guadalupe Macías.
En el de la Normal para maestras, a las señoritas Socorro Benítez, Price Lucila y Ernestina Moreno y Ernestina Marín.
En el de Enseñanza Doméstica, a Rosa María de los Ríos, Rosa Madrigal, Adela y María Luz García, María Elena y María de Lurdes Nuncio, Dolores Bandala, Genoveva Guajardo y Ninfa Arando.
En el de Tómbola y otros más, las señoritas Mercedes y María Serralde, Eva y Consuela Govea. Virginia y Carolina Maldonado, Catalina Alvarado, Adela Nájera, Josefina y Cristeta Charles, Guadalupe Aspe, Amalia de la Concha, María. Espinosa de los Monteros, María Gasca y Catalina González,
A las seis de la tarde, los dos patios mayores del edificio estaban llenos de una multitud alegre y bulliciosa, que no dejaba de bailar y reír. Los trajes de fantasía de buen gusto en su totalidad, daban bella impresión de colorido a los arcos de sobria estructura colonial, que sostienen los corredores y el confetti formaba alfombra policroma, sobre el tosco piso de piedra.[1]


[1] El Universal, p. 8, miércoles 13 de octubre de 1920.

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